A finales del siglo IV d. C. y en plena agonía del Imperio romano, en Éfeso, provincia romana de Oriente, una persona joven y de familia noble, se rebela contra las costumbres ancestrales de su pueblo y la de todo un Imperio, y decide huir a Alejandría buscando su libertad.
Su valentía y su fe en sus posibilidades por conseguir su sueño, su solidaridad y su vocación de servicio a los demás, su exquisita educación influenciada por la cultura clásica griega, y su vocación y amor hacia la medicina harán que se gane el respeto y la admiración entre sus colegas; y además, la consideración en las más altas esferas del poder: la Iglesia y el Imperio.
Nos da una verdadera lección de convivencia entre distintos grupos religiosos: cristianos y judíos. Como no puede ser de otra forma aunque algunos se empeñen en lo contrario. Y nos detalla los distintos remedios naturales de la época para curar las enfermedades: nardo, aloe, opio, cicuta, mirra, eléboro, agenjo, digital, solano, meliloto, mandrágora…
Aunque lo que verdaderamente enaltece a esta persona es el valor que le da a la lealtad, en este caso al juramento hipocrático, que impregna toda la novela: “ Yo quiero estudiar medicina. No me importa el dinero, sino curar. Es la más noble de las artes y toda mi vida he querido estudiar”
Pero sobre todo, y lo que no dejará indiferente al lector, es la lucha por la dignidad de la persona.
Novela de ágil lectura y gran interés histórico. Muy recomendada para los hombres. “¿El poder de Hipócrates es tal que podría llegar a hacer un médico de una mujer? ”. También muy recomendable para los alumnos de 2º de Bachillerato por su relación con la Historia de la Filosofía.
Bradshaw, Gillian: El faro de Alejandría. Madrid, Salamandra, 2010.
Reseña realizada por Antonio J. Díaz Lobo, Dept de Educación Física.
Me encantó ese libro; lo recomiendo también a estudiantes de Medicina o a los que ejerzan alguna profesión relacionada con la salud, pues está muy bien documentada.
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