Este libro nos cuenta la historia de dos familias las cuales viven en una sociedad dividida en dos: los diestros y los ordinarios. Estos primeros, clase a la que pertenece la familia Jardine, poseen poderes sobrenaturales y prácticamente manejan el mundo; sin embargo, los ordinarios, clase a la que pertenece la familia Hadley, no tienen esos poderes y todos, sin excepción alguna, tienen la obligación de hacer un decenio de esclavitud como siervos de los diestros. Cuando los Hadley se convierten en esclavos de los Jardine se empiezan a descubrir ciertas cosas que te harán ver que, en ese mundo en el que viven, la justicia no es el pan de cada día.
Lo cierto es que, aun teniendo todos los ingredientes necesarios para que este libro se convirtiese en uno de mis favoritos (distopía, injusticia, fantasía…), no me ha gustado especialmente, ya que las tramas se me hacían muy lentas, el amor que surge entre dos jóvenes para mí no tiene mucho sentido y la historia no me llamaba la atención de la manera en la que el autor la narra. Con todo y con eso opino que transmite un mensaje muy importante que todos deberíamos aplicar en nuestras vidas y es que, si vemos que la humanidad sufre, sin importar color, castas o religión, hay que luchar y trabajar duro para que en un futuro esto no siga siendo así.
Aunque de los personajes no hay ninguno que apasione, me siento identificada con algunos rasgos de la personalidad de Abi (una de las hijas de la familia Hadley) ya que le gusta ir a lo seguro, pero eso no quiere decir que cuando vea algo injusto no haga algo para detenerlo o al menos para saber por qué se hace así y que puede hacer ella al respecto. Aunque a mí no me haya gustado pienso que a alguien al que le gusten las historias con distopía podría darle una oportunidad a esta novela ya que quizás la historia puede resultarle muy interesante y por lo tanto gustarle este libro.
Lo cierto es que, aun teniendo todos los ingredientes necesarios para que este libro se convirtiese en uno de mis favoritos (distopía, injusticia, fantasía…), no me ha gustado especialmente, ya que las tramas se me hacían muy lentas, el amor que surge entre dos jóvenes para mí no tiene mucho sentido y la historia no me llamaba la atención de la manera en la que el autor la narra. Con todo y con eso opino que transmite un mensaje muy importante que todos deberíamos aplicar en nuestras vidas y es que, si vemos que la humanidad sufre, sin importar color, castas o religión, hay que luchar y trabajar duro para que en un futuro esto no siga siendo así.
Aunque de los personajes no hay ninguno que apasione, me siento identificada con algunos rasgos de la personalidad de Abi (una de las hijas de la familia Hadley) ya que le gusta ir a lo seguro, pero eso no quiere decir que cuando vea algo injusto no haga algo para detenerlo o al menos para saber por qué se hace así y que puede hacer ella al respecto. Aunque a mí no me haya gustado pienso que a alguien al que le gusten las historias con distopía podría darle una oportunidad a esta novela ya que quizás la historia puede resultarle muy interesante y por lo tanto gustarle este libro.
James, Vic: La jaula dorada. La Galera, 2017
Reseña realizada por María Sancho Ortega, 1ºC.
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