Leyendo

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sábado, 1 de octubre de 2016

He aquí mi secreto. Es muy simple: no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos.


Bueno, a ver cómo os hablo yo de El Principito. Él nunca responde preguntas, vive muy lejos de la Tierra en un planeta bastante pequeñito; en su planeta tiene tres volcanes, una rosa y un cordero en una caja. El Principito ama a su rosa, aunque a nosotros puede parecernos una simple flor, para él es única en el mundo. Todas las mañanas procede a la limpieza de sus tres volcanes y arranca cualquier atisbo de baobab. Él sabe distinguir un sombrero de una boa que digiere a un elefante, no es como las personas grandes.
Este es, definitivamente, mi libro, el libro. Desde la dedicatoria que Antoine de Saint-Exupéry hace a León Werth, justo al principio, hasta la última hoja, consiguió enamorarme a cada palabra. Pasar sus páginas es lanzarse a la aventura de explorar al ser humano en toda su esencia. Universal. Para cualquier edad, no importa que seas chico o chica, ni tampoco importa tu religión o tu cultura. Significa mucho para mi, cómo lo descubrí y cuando. Las veces que lo leí desde entonces, en todas ellas me pareció distinto, esta lleno de perspectiva y simbolismo. Para amar la vida y a las personas que conoces por el camino, para no olvidarlas, sentirlas y comprenderlas.
Lo recomiendo a todo el mundo, como me lo recomendaron a mi: leedlo sin prejuicios ni miedo, simplemente leedlo y ya luego me contáis.



Antoine de Saint-Exupéry, El Principito. Ed. Salamandra, 1946.
Marisa Salvador Martínez, 4ºESO.

1 comentario:

  1. me parece interesante este libro y por eso me lo voy a leer

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